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13 noviembre, 2019Aprendiendo a escuchar las señales del cambio
Sabemos que la realidad social cambia todos los días, y dentro de esto está incluida la economía y la realidad empresarial. Razón por la cual las organizaciones deben constantemente evaluarse y hacer ajustes para aprender a gestionar el cambio, con miras a su supervivencia en el mercado.
Lo primero que tenemos que hacer es aprender a escuchar las señales del cambio, que están allí, pero no siempre las vemos. Basta con echar un vistazo, a través de cualquier buscador, para saber cuáles son las nuevas tendencias en negocios, y encontrarnos con que nos saltan a la cara palabras que no conocíamos antes, que no son habituales en nuestro vocabulario; algunas ni siquiera sabíamos que existían: startups, fintech, webapp.
No solo por el hecho de que sean términos en otra lengua es que nos resultan poco conocidos, sino porque hablan de una realidad que ya parece que no es la nuestra. Y así como esas encontramos muchas más que nos dicen que la manera de hacer negocios es otra y que el mercado ha dado un giro insospechado pero anunciado.
Por otra parte, notamos que el mercado ha cambiado también cuando empezamos no solo a ver en los medios esos términos, sino que despuntan en el panorama organizaciones que no conocíamos antes (como Google o Facebook), productos que no usábamos (¿recuerdas cuando aparecieron los primeros smartphone?), servicios que no se ofertaban antes (como el community manager), ideas de negocios que no imaginábamos (como las startups).
He allí, entonces, las señales del cambio. Comencemos a escucharlas.
Actitud hacia el cambio
Es posible que miremos estas noticias con escepticismo y pensemos que se trata de una moda pasajera. Pero, todo lo que viene con las nuevas tecnologías, ha llegado para quedarse. No es conveniente asumir esta actitud, que lejos de ayudarnos con nuestra gestión de cambios, puede anclarnos en una intransigencia nada positiva. La duda, pero también el temor, nos pueden paralizar. Tenemos miedo de la incertidumbre, de lo que tenemos que hacer, porque no lo sabemos.
El asunto es que no siempre se tiene claro qué es lo que debemos cambiar, hacia dónde debe darse cambio organizacional, de qué manera lo hacemos. A menudo, nos quedamos como la rana en la olla de agua, y hasta mostramos resistencia al cambio. Pese a que ya sabemos que, tanto en la naturaleza como en los negocios, el que no se adapta, muere.
Entonces, la actitud es fundamental: si no reconocemos que tenemos que hacer ajustes y cambios organizacionales, innovando en diversos aspectos, la gestión del cambio será infructuosa. Hay que hacer un poco como en esos grupos de ayuda: comenzar por reconocer el problema. Hola, soy la empresa X y tengo miedo del cambio.
Cambio organizacional, innovación y gestión del cambio
El cambio organizacional puede definirse como una estrategia o conjunto de estrategias diseñadas para hacer ajustes y adaptaciones para responder, como organización, a las variaciones en el mercado o a las propias necesidades de crecimiento y de mejoramiento del desempeño planteadas dentro de la organización, en función de unas metas previstas. Y la gestión del cambio es la herramienta para lograr que ese cambio sea orquestado.
Por su parte, las innovaciones se define como ese cambio, ajuste, variación, transformación, de algo existente (proceso o producto) o introducción de uno nuevo. La innovación puede referirse a:
- Un producto o un servicio. Puede ser que ofrezcas algo totalmente nuevo. Por ejemplo, antes fabricabas solo jugos y ahora ofrecerás galletas; o una variación: introduces el té frío.
- Innovación de proceso: cambiamos la manera cómo hacíamos el producto o brindábamos el servicio, para hacerlo más eficiente, más rápido, menos costoso, de mejor calidad.
- Innovación organizacional: la empresa se reajusta, se reorganiza y reestructura, en función de las nuevas adaptaciones; esto puede apuntar en diversos sentidos, como por ejemplo, el desarrollo y formación de recursos humanos que ya están en la organización, apertura de nuevos departamentos, entre otros.
- Innovación de marketing: se refiere a mejoras en la presentación del producto, cambios en cuanto al segmento al que se apunta (que van de la mano con las innovaciones en los productos), apertura de nuevos mercados, cambios en la distribución, en la estrategia de mercadeo, en la publicidad, entre otros.
Pero recuerda, la innovación y el cambio organizacional por si solos no darán resultados de éxito sin una adecuada gestión del cambio, esto es, sin una visión completa del proceso, que es la única que garantiza que, en efecto, el cambio de la organización sea consecuente con los cambios que se ven en el mercado.
Fluyendo con los cambios
Al ver las nuevas ideas de negocios, productos, servicios, comencemos por indagar de qué se trata, qué tanto de eso sé, qué tengo que saber, qué hago en mi empresa que se le parezca y que me falta para ponerme a tono con los nuevos tiempos. En caso de que nos resulte necesario, lo más probable es que sea así, es bueno solicitar ayuda de algún asesor o consultor, para que nos oriente acerca de nuestra gestión de cambio.
Claro que el cambio organizacional no es sencillo. Una empresa es un rompecabezas complejo, que consta de muchas partes. Mover o quitar una pieza es deshacer esa figura que hasta ahora resultaba armoniosa. Pero tienes que hacerlo: innovamos o erramos.
El cambio es lo único permanente. El cambio fue lo que te trajo hasta aquí, como empresa y como persona. Aprendes porque te adaptas a una nueva situación y, en la medida que aprendes, sobrevives mejor a tal situación. Recuerda que por muy bien que estén las cosas, pueden estar mejor o viceversa.
No olvides que cuando comenzaste tu negocio, apostaste por la innovación; es lo que te trajo aquí, hasta el día de hoy. Innovando constantemente, siempre puedes ser una mejor versión de ti mismo. Flexibilidad, creatividad, innovación: en esas tres palabras está tu credo. Éxitos.
Para saber más:
– Columna: Innovar es conectar cosas
– Aprende a innovar creativamente en 3 pasos
– Columna: A ser innovador se aprende