Las respuestas a la pregunta de partida pueden ser tantas como las necesidades que tienen las organizaciones. Si hacemos una comparación entre una empresa y un ser humano, nos encontraremos con que, normalmente, solicitamos ayuda de otros cuando tenemos ciertas clases de problemas y/o necesidades.
Comencemos por los problemas:
Ahora hablemos de necesidades:
Ahora bien, haciendo un paralelismo, podemos encontrarnos en nuestra empresa con varias de estas situaciones, que requieren o demandan de la ayuda de alguien externo:
Todo esto está muy bien, tenemos claro el problema y/o necesidad; pero hay ocasiones en que no es así, hay un punto ciego y, entonces, sucede que:
En todos estos casos, e incluso en algunos de los mencionados antes, muy seguramente vamos a requerir de la participación de un consultor, mentor o asesor empresarial.
Un consultor o asesor es, ante todo, un profesional independiente de altísimo nivel, reconocido como experto en una determinada área; es lo que se puede decir una autoridad en la materia, ya sea economía, finanzas, informática, marketing, entre otras. Por ello, los servicios de este asesor empresarial son solicitados por organizaciones que consideran requieren solucionar un problema o dar respuesta a una necesidad específica.
Sin embargo, un asesor empresarial es algo más que un experto en su área; es una persona que también tiene ciertas habilidades y competencias, como capacidad organizativa y habilidades estratégica, buen planificador y organizador, destrezas comunicativas y logísticas, es entusiasta y sabe cómo llegar a los demás; además, debe ser muy observador y analítico, para comprender la realidad de la situación con respecto a la cual va a dar sus orientaciones.
Hasta los momentos hemos hablado indistintamente del consultor y el asesor, y no hemos mencionado al mentor; pero, en este punto, cabe preguntarse: ¿hay diferencias entre unos y otros? Hay diversas acepciones con respecto a estos términos; diversos autores otorgan funciones particulares a unos y otros, los definen en ocasiones como sinónimos y en otras establecen diferencias:
Resumiendo: un mentor es un consejero espiritual; un consultor es un experto que da respuestas puntuales; un asesor es un guía, desarrollador y acompañante de proyectos; aunque muy posiblemente, en la práctica, todos tienen un poco de los otros, y podemos contar con un mentor que sea también un asesor y consultor. Más allá de las diferencias conceptuales, el aporte que nos pueden brindar cada uno de ellos es lo que importa.
El mundo cambia muchísimo, todos los días. Hace unos años, poco más de una década, existían solo algunas de las redes sociales que conocemos y no ostentaban la importancia tan determinante que tienen hoy día para las organizaciones y su supervivencia en el mercado. Por ende, si en nuestra empresa no sabíamos nada del manejo de las mismas, tal vez no afectaba tanto; por lo mismo, no existía un asesor en materia de redes sociales, o sus servicios no eran tan requeridos. Ahora sí, hay empresas que asesoran al respecto y también las outsourcing que se subcontratan para tal tarea.
Por otra parte, en nuestro día a día, en nuestro accionar como organización, se presentan también situaciones ante las que no sabemos cómo actuar y requerimos esa opinión experta o esa voz amiga que nos digan lo que hacer, cómo hacerlo, si no sabemos, o si lo estamos haciendo bien, incluso, para también sentirnos satisfechos con nosotros mismos y reconocidos en nuestros logros. A veces necesitamos vernos en otros para poder vernos mejor, comprendernos y hasta evaluarnos. Por eso y muchas otras cosas, siempre hace falta alguien más junto a nosotros: un asesor o un mentor empresarial.
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https://www.businessconsulting.cl/como-saber-si-necesitas-un-mentor/
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