La mala calidad tiene su precio - Business Consulting SpA
Pasar por alto ciertas inversiones en la calidad de un producto o servicio y considerarlas un ahorro, es una visión muy limitada para una empresa y en el mediano o largo plazo puede significar un pérdida mucho mayor que el «ahorro» que nos incentivó a olvidarnos de la calidad.
Podríamos estimar el impacto y costos que la calidad sufre, si analizáramos las actividades en cada área de la empresa, a partir de los sistemas de documentación. Es posible cuantificar estas pérdidas de la siguiente manera: comparar el costo real con el costo ideal, a través de datos contables sobre los costos de hacer las cosas mal, identificando la mano de obra a cargo de detectar y corregir errores y el precio de cada una de estas personas; también la técnica llamada «precio por defecto» es muy útil cuando hay múltiples incidentes, esta consiste en multiplicar el costo promedio de un incumplimiento por el número de incidentes.
Cuando los costos innecesarios estén identificados, será el tiempo de poner a prueba una acción correctiva y medirla posteriormente para asegurarse de que haya funcionado correctamente. Si es así, es altamente recomendable trasladar este modelo de acción a otras áreas que estén experimentando un problema similar.
Es importante tener en cuenta que las empresas están formadas por personas y que son estas personas las que pueden conducir al éxito o al fracaso de las mismas. Por lo tanto es perentorio prever los factores de riesgo que se indican a continuación.
Si bien alcanzar la excelencia en la calidad no es un trabajo fácil, el esfuerzo es recompensado, por los incontables beneficios y ventajas para la empresa, los empleados y los clientes. Una persona o empresa que busca la calidad, tiene una amplia visión que la llevará tener una ventaja competitiva y éxito.