El concepto de líder o de liderazgo, en nuestras sociedades, se asocia a la política, a las organizaciones empresariales, a los equipos deportivos, prácticamente a todas las situaciones en las que los seres humanos tenemos que actuar en conjunto, como un solo organismo, en la consecución de un fin común; o al menos ese es el ideal. Incluso, por curioso que parezca, también hay liderazgo entre los animales.
En política, el liderazgo va más allá de lo que son las organizaciones partidistas y los procesos para elegir a las personas que van a ocupar algún cargo público; porque muchos líderes guían y sirven de inspiración a las personas sin que medie el interés de ser elegidos para algo. Tal es el caso de lo que ocurre con las personas que son activistas de movimientos por los derechos humanos, por el medio ambiente, entre otras.
Sin embargo, todas estas personas que llamamos líderes, están convencidas de una idea, lo están de tal manera que entusiasman a otras para unirse a la lucha, son el faro que guía a aquellos que tienen sus mismos intereses e ideales, aglutinando de tal manera a las personas a su alrededor que logran aquello que solo se puede lograr con la fuerza producto de la unión: el bien común.
A menudo hacemos comparaciones entre empresas que se dedican a la misma actividad, hacen más o menos lo mismo y, sin embargo, pueden obtener resultados tan diferentes. Eso nos lleva a hacernos la pregunta: ¿cuál es la clave? ¿Cuál es el secreto para que unas sobresalgan más? ¿En qué consiste la fórmula?
Hay una fórmula, es cierto, puede variar en sus proporciones, algún ingrediente más o de menos; pero lo que nunca puede faltar en una organización exitosa es un líder empresarial, que motiva, que entusiasma, que hace que el trabajo sea algo más que un trabajo: una verdadera pasión. Sin ese líder carismático, la relación del trabajador con la organización es una solo obligación contractual.
Ahora bien, un gerente no necesariamente es un líder empresarial, un líder empresarial no necesariamente es un gerente. No siempre un gerente está allí para transmitir ese entusiasmo y ese empuje del que hablamos; algunos se limitan solo a ejercer sus funciones, relacionadas con la administración de los recursos y el desarrollo de las acciones de las áreas que le competen, sean estas las compras, el manejo de la publicidad.
El liderazgo empresarial se define, comúnmente, como una habilidad y, a la vez, como un proceso, en virtud de los cuales el líder empresarial es capaz de influir de tal manera en los otros empleados que puedan hacer suyos los fines de la empresa, en el entendido de que el bien común de la organización es el bien general de todos; ya que si formamos parte de la misma, su supervivencia es también la nuestra, sus éxitos son también nuestros.
Esto puede parecer obvio, pero no lo es para todo el mundo. Entonces, el líder empresarial es el que convierte ese ideal en un hecho real, el que logra que se materialice en logros palpables, haciendo que todos dentro de la empresa den lo mejor de sí mismos. Claro, siempre y cuando sea un líder empresarial verdaderamente carismático.
Es difícil responder si un líder nace o se hace. Tal vez ambas cosas. Como decía el gran filósofo español José Ortega y Gasset: “yo soy yo y mi circunstancia”. Esto quiere decir que es parte y parte: se nace con algunas cualidades y otras se desarrollan ante la circunstancia.
Lo que se puede decir, es que para lograr su cometido, el líder debe poseer ciertas cualidades.
Hay diferentes clases de líderes: algunos autocráticos, algunos más democráticos; unos solo piensan en sus logros personales: son los grandes dictadores; lo mismo pasa en las empresas. Pero un líder carismático es otra cosa. Un líder carismático ni siquiera hace lo que hace porque vaya a recibir una recompensa o un aumento, o porque sea parte de sus tareas. Es el que siente que es lo correcto, que tiene que dar un poco más.
Basándonos en los grandes líderes de la historia, que indudablemente han sido líderes carismáticos: Ghandi, Mandela, Bolívar, Napoleón, Julio César, Milk, podemos entender cuáles son esas características que hacen que el líder carismático esté un nivel más arriba.
Si sumamos las cualidades del líder carismático a las del líder empresarial, obtendremos al líder empresarial carismático: aquel capaz de convertir a su empresa en una organización exitosa e innovadora, donde se trabaja con mística y entusiasmo en pos no solo de los objetivos inmediatos, sino también con la visión de que la empresa sea, a su vez, líder en su área.
Ahora viene la gran pregunta: ¿eres tú ese líder carismático? ¿Qué pasaría si tu respuesta es no? Michael Jordan, deportista exitoso y propietario de una franquicia deportiva (los Charlotte Hornets) ha preferido no estar directamente al frente de su propio equipo como director técnico. Algunos se preguntarán por qué. Él debe tener sus razones; pero, al no asumir las riendas del equipo, hizo lo más inteligente: encontró a alguien que puede hacerlo, un coach para su equipo. Eso también debe saber hacerlo un líder carismático: cuándo delegar y en quién.
Para saber más:
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– Señales para no fallar como líder
– Aprende a ser el líder de tu empresa y no sólo el administrador