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21 octubre, 2013Hablemos sobre la forma de llevar ala comunicación. Por medio de las preguntas, Sócrates facilitaba el proceso en las personas, para que extrajeran el conocimiento desde su interior. Primero fingía aceptar la respuesta pero a través del diálogo iba descubriendo contradicciones, lo que generalmente sembraba la confusión entre sus discípulos.
Con el proceso de preguntas y respuestas, era capaz de conseguir que su interlocutor fuera expresando sus conocimientos sobre un tema conocido. Obviamente, quien contestaba creía tener la respuesta correcta, sin embargo, Sócrates rebatía aplicando su método con el fin de que su discípulo se enfocara en su interior y extrajera nuevos argumentos en un tema que estaba seguro de dominar. Durante este proceso, la persona encontraba, nuevas y cada vez mas precisas respuestas.
Al ser requeridos sobre algún tema, generalmente tenemos una creencia firme al respecto, que evidentemente creemos correcta; es algo muy difícil de modificar a menos que seamos nosotros mismos quienes forcemos ese cambio. Lo central de la idea es que el que enseña no inculca el conocimiento, es el alumno quien con la ayuda del maestro lo extrae de sí mismo.
Supongamos que un prospecto te dice: ¡Nadie compra! (claramente esta creencia está arraigada en su cabeza) tu respondes:-¿Nadie?-. Reflexionará frente a esta interrogante y seguramente dirá: – ¡Bueno, muy pocos!-, lo lógico es preguntar: – ¿Muy pocos? – Siguiendo esa lógica de preguntas y respuestas, lograrás que vaya modificando sus creencias y así, poder avanzar. Es muy difícil lograrlo de otra manera.
Ya que nuestra educación no ha sido basada en el método socrático, nos quedamos conformes con lo que sabemos y preferimos que se nos explique o diga lo que hay que hacer, en vez de abrirnos al proceso mental de análisis.
Decir “NO SÉ” es uno de los trucos mas usados para evitar pensar. Lo hacemos porque es fácil. El que pregunta está seguro de saber la respuesta por lo tanto la expresa y el interlocutor no tiene un aprendizaje significativo frente a la cuestión, porque no tiene el proceso para llegar a una respuesta propia.
Si preguntas, por ejemplo:-¿Cuál es el motivo por el que no lograste el resultado?- y la respuesta es: -¡NO SÉ! – ¿qué puedes hacer?, Puedes decir: -Entiendo que no tengas respuestas, pero piensa en tres posibles razones-. Puede ser que te de las tres respuestas, sin embargo sigue insistiendo en que no sabe. Entonces pregúntale: – supongamos que si sabes, entonces ¿cuáles podrían ser? La idea es no caer en la trampa del “No sé”