Columna: Todos pueden construir una empresa innovadora

Por Andrés Luco.

Una empresa innovadora piensa diferente, actúa diferente y por lo tanto, ofrece productos y servicios únicos, que benefician a sus clientes y al mercado. Está dirigida por líderes que destacan por sus habilidades de descubrimiento y tienen el coraje para innovar.

Para ser exitosa, requiere tanto de la capacidad para generar nuevas ideas, como para ejecutarlas. Por lo que sus equipos también cuentan con personas que destacan en habilidades de ejecución. Además, sus colaboradores poseen distintos tipos de conocimientos, para que así el equipo pueda abordar los desafíos desde una variedad de ángulos.

Sus procesos están orientados a fomentar que las personas se asocien, pregunten, observen, creen redes y experimenten. Se preocupan de contratar, formar, recompensar y promocionar a quienes impulsen el descubrimiento.

Las empresas innovadoras no sólo demuestran tolerancia hacia el fracaso, sino que lo ven como una parte natural del proceso de innovación.

Dejan claro a sus colaboradores que la innovación es un trabajo de todos. Y saben que para dar a las personas el poder de innovar, hay que crear múltiples equipos de proyectos, con pocos integrantes, grandes metas y la autonomía suficiente para lanzar nuevas ideas al mercado.

A través de la innovación, puedes marcar una diferencia en tu vida y en la de muchos otros, generando soluciones a los complejos problemas del mundo. Sólo tienes que practicar de manera personal, profesional y empresarial, las habilidades de descubrimiento: asociación, cuestionamiento, observación, creación de redes y experimentación.

El desafío no es fácil, pero los resultados lo compensan con creces. Ser el creador de un nuevo producto, servicio, proceso o negocio es algo que estimula. Entonces es hora de ponerse en acción: si no lo haces tú, ¿quién?; si no es ahora ¿cuándo? La innovación es una inversión en ti mismo y en los demás, independiente de la posición que ocupes en tu empresa.